El año 2022 comienza con un gran problema para el barrio de Heliópolis resuelto por fin, y de la forma más sencilla y civilizada del mundo. Los desvelos de nuestra Asociación han dado sus frutos, pero la solución no ha provenido de nuestras acciones, sino solo de nuestras reclamaciones. En efecto, llevábamos años dando vueltas al problema de las enormes aglomeraciones de coches mal aparcado en las calles del barrio y sus aledaños, en especial el parque del Guadaira, pero sobre todo los problemas generados por las botellones celebradas en las horas previas al partido en las calles Tajo, Chile, Uruguay y otras, donde se consumía gran cantidad de alcohol, se ensuciaban las calles con toda clase de basura, se evacuaba a veces en los jardines de las casas, e incluso en alguna ocasión se llegó a celebrar una botella en mitad de la calle Tajo. Desde una primera reunión con vecinos hace años en el colegio Claret y una entrevista posterior con los responsables de la Policía Municipal y de Atención Ciudadana en el bar restaurante Jamaica, habíamos comenzado a ponderar la necesidad de implicar al propio club para que utilizara sus redes en la labor de convencer a su hinchada sobre las virtudes del civismo. El Betis había hecho oídos sordos a nuestra señales, y habíamos comenzado a pensar en soluciones más drásticas de acudir a la prensa, de intervenir los vecinos con pancartas, de formar barreras, etc.
La solución ha llegado inopinadamente cuando hemos llevado nuestras protestas a la prensa y hemos publicado las fotos más reveladoras de la barbarie en nuestras calles. No solo de una calle Tajo colapsadla de gente consumiendo alcohol y drogas durante horas antes del partido («la previa»), sino devastando los terrenos del parque del Guadaira con multitud de coches aparcados encima del césped y transitando en los carriles bici para aparcar indebidamente. Publicamos también fotos con las matrículas de los coches mal aparcados, tanto en el parque como sobre las aceras del barrio impidiendo el paso peatonal.
Finalmente en los últimos partidos de 2021 ocurrió lo asombroso. La Policía tomó cartas en el asunto. No la municipal, que ha estado demasiado ausente en todo el proceso, aunque al final ha aparecido levemente, sino la Nacional, a pesar de que el problema le afectaba de forma indirecta. La solución ha sido correcta, pacífica e increíblemente sencilla. Ha consistido en anticiparse a la irrupción de los bárbaros en las calles y jardines: en los últimos partidos varias horas antes del comienzo, cuando aún no habían llegado los gamberros, una furgoneta d la Policía Nacional ha tomado la calle Tajo y los agentes han comenzado a disuadir a todo aquel que aparecía con una bolsa llena de botellas para que se marchara. Las calles han quedado limpias de basura.
Todo nuestro agradecimiento a la Policía Nacional, y la esperanza de que continuará imponiendo el respeto en estas calles de nuestro vecindario, tanto frente a los hinchas gamberros como frente al responsable último de esos comportamientos, que es el club que convoca a los eventos en torno a los cuales se produce estas algaradas.
Ojalá esa pacífica, rápida e indolora solución se aplique también para otro problema de orden público de nuestro vecindario, la botellona del «montecito» o parte del Parque Guadaira lindante con la Avenida de Las Razas. Llevamos varios años ya protestando también contra quienes los fines de semana forman aglomeraciones para beber y charlar, que en algunos casos terminan en disturbios, borracheras y agresiones al entorno, sin que hasta el momento hayamos visto solución. La misma respuesta que hemos visto utilizar para los partidos del Betis es también defendible y útil en las botellones de que hablamos: la anticipación. Una patrulla desde las horas del crepúsculo del viernes, cuando aún no han comenzado a llegar los jóvenes, podría patrullar disuasoriamente por el montecito, advirtiendo y en su caso multando a los que rompen botellas, se enfrentan o tiran basuras. Con esos nos conformaríamos.